La Biblia narra en primera de Samuel diecisiete, una historia que es un clásico; la derrota de Goliat por David. Esto es muy fascinante pues es como contar como el pitirre vence al guaraguao. También es el describir diario de la prensa, de las victorias de Israel. Sobre todos sus vecinos árabes, el pequeño contra el grande.
Goliat era un gigante entre muchos ateos que había en Filistea. Medía la friolera de nueve pies tres pulgadas como casi dos hombres en uno. Era experto en guerra y sus armas eran grandes, pesadas, demoledoras. Este retaba todos los días por casi una semana al ejército israelí. Esto lo hacía en un valle entre dos montañas donde ambos ejércitos se hallaban destacados. Allí Goliat maldecía a su rey, a su ejército y a su Dios, mientras los invitaba a pelear una batalla por representación. El vencedor reclamaba la esclavitud del otro.
Esto lo oía todos los días el rey Saúl y todo su ejército. Pero nadie le respondía a aquel grandote… hasta que llegó allí un jovencito a llevarle una merienda a su hermano. Ese era David, hijo de Isaí. Pidió al rey Saúl enfrentarse a él pues estaba indignado. Con los dientes de atrás, el rey trató de prepararlo con armaduras y armas, pero él no era de los entrenados en eso, ni tenía estatura para ello. Así que fue al río tomó cinco piedras lisas y caminó hacia el enemigo.
Este se burló de él porque era niño, pero David le dijo como hacen los de la lucha libre de hoy “voy a tirar tus carnes a los perros” y caminó sin temor. Cuando se acercó prudentemente, lanzó con la honda una de aquellas piedras impulsándola a la que Dios añadió velocidad de bala. Entró por un pequeño espacio entre el casco y la careta. Se penetró en la frente y éste cayó. Corrió a su encuentro, le quitó su propia espada, lo mató y luego le cortó la cabeza. La tomó en su mano y la levantó en señal de victoria. Ahora todos los enemigos corrían, Israel los persiguió y los mató.
¿Qué motivó a David a realizar esa hazaña? Que se había ofendido a Dios. Había dicho mentiras de Dios. No debía vivir para que no lo repitiera. Es de gozo cuando alguien da Gloria a Su nombre. Es horroroso cuando alguien le maldice. Hoy hay mucha gente que maldice. Merecen la muerte. Pero eso no nos toca a nosotros. A nosotros nos toca darle Gloria. Debe haber al menos diez que bendigan frente a uno que maldiga. Sé tú uno de esos diez.