Esperanza

A la hora de comprar una propiedad, se busca a un agente de bienes raíces y se le encarga el asunto.  De seguro este ofrecerá una propiedad en ese país de política estable, buen lugar geográfico, con futuro de aumento de valor para ese cliente; que a su vez tiene buena posición, trabajo estable, buen sueldo, buena edad, linda esposa, excelente familia, etc.

Pero hay una historia de un hombre que compró una propiedad.  En ese momento era soltero, trabajaba sin sueldo, estaba preso, su país estaba sitiado por el enemigo.  Había incertidumbre sobre el futuro de esa tierra que le vio nacer… pero, a pesar de todo eso, compró allí una propiedad. 

A continuación cayó su país, apresaron a su rey.  A él, sus amigos le tomaron y le llevaron a otro país en el cual murió.  Pero antes de eso él se siguió pronunciando en esperanza sobre el futuro de su pueblo y el disfrute de su propiedad.

¿De quien estamos hablando?  De Jeremías el profeta hebreo.  ¿Cuándo ocurrió esto? Cinco siglos antes de Cristo, más de dos mil quinientos años ya hoy… pero sigue la esperanza y la seguridad.  Jeremías está vivo en la presencia de Dios.  El está esperando el momento cuando tome posesión de su propiedad con su pueblo y para siempre. Todo esto sin más guerras ni temores.  Esto es esperanza, la que no avergüenza.  Nunca pierdas tu fe, si es que la has puesto en Cristo Jesús.