Anciano

Hablar de algo viejo es referirse a cosas que ya perdieron su valor por falta de eficiencia y ser menos práctico frente a otras modernas y mejor dotadas para la realización de tareas.

Esto me recuerda a un poco creíble viejo que yo conocí, que hablando entre borrachos dijo que hacía años, mientras cortaba caña, dejó olvidado su termo de café marca “Aladdin”.  Lo dejó recostado de un árbol y ese día no tomó el desayuno por avanzar, pues era el último día de la zafra.

Al año siguiente cuando cortaba en el mismo lugar …allí mismo estaba.  Así que lo abrió, se lo sirvió y ese café aún estaba “calientito” y dijo: “Ya hoy no se fabrican los termos tan buenos como aquellos viejos de antes.” 

Pero hay una diferencia entre viejo y anciano.  El verdadero anciano es un caudal de virtudes acumuladas, que tímidamente, cuando le dan la oportunidad de hablar, habrá que oírlo para disfrutarlo.  El proverbista dijo: “la hermosura de los ancianos es su vejez.”  Entonces, anciano, es momento de exhibirla.  El apóstol Pablo dijo que cuando la “supuesta vejez” avanza realmente nos estamos perfeccionando interiormente.  ¿Cómo te va?