VALENTIN

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El conocido como San Valentín, era un sacerdote del siglo III que ejercía en Roma para el tiempo del emperador Claudio II. Este decidió prohibir los matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión, los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que no tenían ataduras para la guerra. El sacerdote Valentín pensó que el decreto era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados. De ahí surgió que este señor una vez muerto, se le llamara el patrón de los enamorados.
El emperador Claudio se enteró y como este sacerdote gozaba de gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó al palacio. Valentín aprovechó esa ocasión para hacer proselitismo en favor del cristianismo. Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el gobernador de Roma Nomado Carpunio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza. El emperador dio instrucciones de que se encarcelara a Valentín. Entonces el oficial Asterius se encargó de hacerlo. Quiso ridiculizar y poner a prueba a éste. Le retó a que orara para darle la vista a su hija llamada Julia, que nació ciega. El aceptó y en el nombre de Jesús le fue dado el don de ver, ¡Aleluya!
Este hecho convulsionó a Asterius y su familia quienes se convirtieron al cristianismo. De todas maneras Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran un día 14 de febrero del año 270 D.C. La joven Julia agradecida del Señor por el ministerio de este siervo, plantó un árbol de almendro de flores rosadas, junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo del amor y la amistad duradera.
La fecha del 14 de febrero para recordar a este personaje, fue establecida por el Papa Gelasio entre el año 496 y 498 D. C. Los restos mortales de él se conservan actualmente en La Basílica de su mismo nombre en la ciudad de Terni, Italia. Cada 14 de febrero se celebran allí actos de compromiso por parte de diferentes parejas que quieren contraer matrimonio al año siguiente. La costumbre de intercambio y cartas el 14 de febrero nació en Gran Bretaña y Francia durante La Edad Media, entre la caída del Imperio Romano y mediados del siglo XV. Los norteamericanos adoptaron la costumbre, más tarde incorporando el famoso corazón rojo como símbolo, a principios del siglo XVII. Los avances de la imprenta y desarrollo del servicio del correo postal incentivaron el envío de saludos del día del amor y la amistad como recuerdo o memoria de ese personaje, el sacerdote Valentín, hacia el año 1840.
Las envían también amigos, maestros, parientes, compañeros de trabajo, quien tenga la inclinación al amor y la amistad como flor de primavera que nunca pierde su agradable perfume. Pero al hablar del amor, tenemos que ir directamente a Jesús, nuestro Salvador. Ese por amor, abandonó su trono en los cielos, vino a La Tierra, se hizo hombre y se entregó por la humanidad entera. Para mejor decir, por cada hombre y cada mujer. No dejes ese amor en sus manos, tómalo, acéptale. Se trata de recibir además de su amor, la vida eterna que Él te ofrece para disfrutar juntos ese Magno Amor.

Fragancia y brillo

Esta historia es de la lejana China, hace muchos años.  Allí está su emperador.  Tiene un serio problema que atañe a su pueblo.  Pero su gente lo considera grande y poderoso para resolver todos sus problemas por sí mismo.  El caso es que su rey necesitaba un sabio consejo urgentemente.  Entonces sus asesores le refirieron el nombre de alguien que podía ayudarle.  Lo trajeron de noche y se reunieron.  El emperador recibió su sabio consejo y aquel hombre abandonó la escena.

Al otro día por la mañana este se encontró con alguien y al saludarle estrecha y cercanamente, notó algo; entonces le dijo: “tu estuviste con el emperador”.  Aquel hombre se negó a aceptarlo, según instrucciones recibidas en el palacio.  Pero su interlocutor le respondió: “aunque me lo niegues yo sé que estuviste con él, pues su fragancia te delata”.

Se dice que quien hurta una china mandarina y se la come, mondándola con sus manos y se le acusa de habérsela robado y lo niega puede ir preso.  Su olor se tan fuerte y preciso que lo delata. 

Jamás un creyente puede negar la comunión del Señor; su fragancia estará en El, hablará como El caminará con El.  Pero hay una cosa interesante con respecto a esto, surge espontáneamente.  Todos lo notarán y allí comienza nuestro testimonio silente.  Cuando Moisés bajo del monte Sinaí, donde recibió las tablas de la ley de las manos de Dios, su rostro resplandecía como un sol… pero, él no lo sabía.  Dios testificaba por él.